lunes, 20 de mayo de 2019


UN DERECHO FUNDAMENTAL DE CUARTA GENERACIÓN

Saludos y agradecimientos: Saludos a todos y Dios bendiga. Agradecer a Dios, mi familia y a ustedes que le dan vida a este blog.



RESUMEN

En la presente oportunidad estaremos ofreciendo un tema que nosotros los dominicanos vivimos a menudo, unos más que otros, aunque hay que ser sincero que ha habido cierta mejoría en ello, por lo menos a nivel macro, me refiero al servicio de energía eléctrica el cual será enfocado desde el punto de vista como un derecho fundamental de cuarta generación.

PALABRAS CLAVES

1) Energía eléctrica. 2) Derecho fundamental de cuarta generación.

INTRODUCCIÓN

Tan solo unos pocos días atrás, en la República Dominicana, de manera específica en la provincia de San Pedro de Macorís, nosotros, los petromacorisanos –gentilicio del que es nativo de esa ciudad- sufrimos de un largo apagón –largas horas sin energía eléctrica- que obligaba a las personas con este inmenso calor a salir puertas a fueras de sus hogares. No es la primera vez que sucede, aunque antes era horriblemente peor, no solo en San Pedro de Macorís, sino en todo el país. Ciertamente el fundamento que se alega para suspender la energía eléctrica, en caso que así sea, es por mantenimiento, aun así causa un impacto relevante, quizá no tan grave, porque mayormente se anuncia previamente y se establece un plazo entre la hora de su suspensión y la de llegada –aunque pocas veces se cumple ese plazo-, lo que permite a las personas hasta cierto punto prepararse para ese tipo de golpe energético.

El punto está en saber qué tan importante es la provisión de energía eléctrica como para que se pueda observar como un derecho fundamental de estos tiempos. A continuación lo veremos.

CONTENIDO

Obviamente es una máxima de experiencia de manera global de que no siempre hemos tenido el servicio de la energía eléctrica. No podríamos decir que la electricidad que pasa por los tendidos eléctricos sea una cuestión inventada, sino más bien descubierta, ya que los relámpagos son descargas eléctricas naturales, incluso por el cerebro de las personas nos pasa electricidad que ningunas fueron inventadas por el ser humano. Por ejemplo, se dice que Tales Mileto fue el primero en producir chispas eléctricas, que William Gilbert en el año 1600 dio el nombre de electricidad, que Otto Von Guericke inventó el generador eléctrico y así otros.

Los derechos fundamentales son especies de libertades naturales, innatas, sustanciales que pertenecen a las personas como sujetos de derechos que deben ser de alta atención por parte del Estado para una existencia digna y que se encuentran integrados en la parte dogmática de la Constitución ­–aunque no limitado- para que sirva de compromiso y de recordatorio permanente al Estado.

Estos derechos han sido clasificados en tres generaciones cuyo precursor fue el profesor y miembro del Instituto de Derechos Humanos de Estrasburgos, Karel Vasak, en 1979, inspirado en los valores proclamados en la Revolución Francesa como son: La libertad, igualdad y fraternidad. Dichas generaciones se clasifican de la siguiente manera: a) derechos de primera generación, como el derecho a la vida, la integridad, la libertad, etc., b) derechos de segunda generación, es decir, los llamados derechos económicos, sociales y culturales como por ejemplo, el derecho al trabajo, a la educación, derecho de propiedad, a la familia, alimentación, a la salud, a la cultura, al deporte, etc., y c) derechos de tercera generación, como la protección al medio ambiente, el derecho a la paz, la solidaridad.

No obstante a esa clasificación, si se puede decir, clásica, no es posible dejar de lado otros derechos que a pesar de haber estado a la vista, también son posibles de considerarlos como derechos fundamentales. Cuando hago mención de que han estado a la vista es por el hecho de que así como la vida, la igualdad, la integridad, la salud, el trabajo, siempre han estado ahí, el respeto a los mismos nunca han sido con la misma intensidad a través del tiempo, siempre van progresando, así mismo otros derechos que también han estado ahí, aunque no descubiertos con la misma longevidad, son de vital importancia para las sociedades de hoy en día. En ese sentido, pero como un ideal todavía y como derecho fundamental de cuarta generación lo es el servicio de la energía eléctrica.

Póngase a pensar, qué haría el mundo sin energía eléctrica, hagamos un repaso: 1) en este mundo tan globalizado, cómo los gobiernos se comunicarían con los demás gobiernos del mundo, o las familias y amistades con otros que viven en otros países sin energía eléctrica. A caso volveríamos a las cartas de papel enviadas por barcos de vapor o de velas, cuya información llegaría días, semanas o meses después dependiendo el lugar hacia donde se manda; o si es internamente a través de burros o caballos. 2) Las subestaciones de combustibles estarían sumamente limitadas, pues las mismas trabajan con energía eléctrica, salvo que se hagan en base a maniguetas. 3) No habría internet. 4) No habría telecomunicaciones. 5) Con este calor que cada vez es más sofocante no habrían electrodomésticos que nos refresquen, pero tampoco un buen refrigerador que mantenga en buen estado los alimentos que necesitan estar a determinada temperatura. 6) Los vehículos de motor no funcionarían porque no habría combustible que echarles o quizá ni si quiera existieran en la forma que hoy existen por el hecho de que la robótica contribuye en gran medida a su fabricación ya que funciona con electricidad. 7) Tampoco pudiéramos recrearnos con los televisores, informarnos en las computadoras a través del internet, llamar por la vía telefónica inalámbrica o simplemente para no estar a oscuras en nuestros hogares o en las calles en lo cual se corre más riesgos por causa de la delincuencia, pues la oscuridad es un disfraz para aquel que se dedica a delinquir. 8) Imagínese sin energía eléctrica, las estaciones de trenes rápidos y los teleféricos que de mucha utilidad sirven para evitar los entaponamientos, no existirían. En fin, el mundo estaría retrocediendo varios siglos atrás.

El 9 de noviembre de 1965, un tremendo apagón eléctrico dejó a varios Estados de Norteamérica y a unos 35 millones de personas a oscuras por 13 horas. Así también un 13 de julio de 1977, producto de una suspensión de energía eléctrica de 34 horas, se cometieron saqueos en la ciudad de New York[1].

Así también como apagones masivos se pueden mencionar: el 20 de enero de 2019 en Panamá ciudad capital del país del mismo nombre, tres días antes de la llegada del Papa Francisco para las jornadas mundiales de la juventud, el 02 de julio de 2017, tanto Costa Rica, El Salvador y Nicaragua quedaron a oscuras por varias horas, el 10 de noviembre de 2009 en Brasil, el 30 y 31 de julio de 2012 en la mitad de la India, en New York el 14 de agosto de 2003, el 26 de enero de 2008 en la Florida, en parte de Europa el 04 de noviembre de 2006[2], así como también en la República Dominicana anualmente y así otros países que por razones, sea por catástrofes naturales, mantenimiento o incapacidades de los gobiernos mal pasan la insuficiencia de energía eléctrica lo que provocan incomodidades y perjuicios.

Entonces es válido preguntarse ¿Es el servicio o el suministro de la energía eléctrica un derecho fundamental? Entiendo que sí por su vital importancia y aunque costosa, ya que vemos, al parecer, cómo el gobierno trata de resolver esta problemática, otros derechos fundamentales también lo son. Miren como el derecho a la salud es más una intención que un verdadero derecho, cómo se juega con la salud de las personas en donde gremios paralizan las asistencia de salud por tener pugnas con las ARS sin ni siquiera los pacientes o usuarios tener que ver con eso, pero de igual manera lo costoso de los medicamentos en las farmacias, etc. El agua, obviamente un derecho fundamental como lo ha dicho el Tribunal Constitucional, nadie en este país toma agua gratis, tiene un costo de inversión, operación y ganancia porque el agua no llega sino se tiene bombas sumergibles y en caso de que llegue no se puede tomar.

RECOMENDACIÓN

Para culminar, pienso que no sería mala la idea que en el catálogo dogmático de los derechos fundamentales se incluyera el suministro de la energía eléctrica. Que el Tribunal Constitucional como la voz de la Constitución y que lo que dice dicho Tribunal es como si fuera la misma Carta Magna se pronuncie al respecto. Que el gobierno haga los esfuerzos que haya que hacer para garantizar este derecho y que compense a las personas cuando ocurren los llamados apagones.

BIBLIOGRAFÍA

1. Constitución de 2015.

2. Tribunal Constitucional, sentencia TC/0482/16.

3. PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. Concepto y Concepción de los Derechos Humanos 
(Acotaciones a la ponencia de Francisco Laporta). Pág. 47-66. Año 1987.

4. FRAGUAS MADURGA, Lourdes. El Concepto de Derechos Fundamentales y las Generaciones de Derechos. Anuario del centro de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Calatayud. Pág. 124. Año 2015.



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2 comentarios:

  1. Hola. Disfruté enormemente su escrito, análisis correcto y valido muy apegado a la situación real de los habitantes del territorio dominicano con respecto al caos energético en que vivimos. Definitivamente pienso que definitivamente la energía eléctrica debe ser considerado como un derecho de cuarta generación constitucionalmente hablando, pienso que a lo largo de la evolución tecnológica que han sufrido nuestras sociedades asi mismo debe la normativa constitucional ir amparando estos cambios. Ha quedado demostrado el caos que sucede cada vez que ocurre un súbito apagón energético afecta todo los ámbitos de la vida, comercio,.navegación, salud, comunicacion, trabajo en general, en ese caso estaríamos en un estado de vulnerabilidad total. Entonces las.prestadoras energeticas tambien deberían cumplir sus deberes, y honrarnos nuestros derechos de usuario. Es lo que creo.

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  2. Buenas noches. Gracias por su comentario. El suministro de energía eléctrica además de ser simplemente un derecho fundamental, lo es muy transversal, pues así como usted dice, cuando esta se suspende, afecta el trabajo, los centros médicos y por consiguiente la salud y hasta pone en riesgo la vida, la seguridad ciudadana, etc.

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